En la actualidad, el ser humano dispone de una gran cantidad de recursos para cultivar su intelecto, demostrar sus capacidades mentales, desarrollar sus habilidades y hacer, de alguna manera, su vida más simple y entretenida.
Entre todas las herramientas a su alcance aparecen los denominados recursos tecnológicos, los cuales, como su nombre lo indica, surgen como consecuencia del uso práctico de una cierta tecnología.
Como es amplia la variedad de recursos tecnológicos, a fin de hacer más sencillo su reconocimiento y clasificación los expertos suelen agrupar cada elemento según se puedan apreciar de manera precisa o bien desde un plano indeterminado donde aparecen utilidades que se aprovechan pero no se pueden tocar o contabilizar de manera concreta.
Así, entonces, es usual que se haga hincapié en los recursos tecnológicos tangibles (conjunto que nuclea a elementos como impresoras, videocámaras, reproductores de DVD, computadoras, pantallas táctiles y cámaras web por citar algunos) y en los intangibles (donde figuran las aplicaciones virtuales, el software, servicio de alojamiento de páginas web, etc.).
Para ofrecer mayores precisiones, se los suele presentar además de acuerdo a la función que posean o al ámbito para el cual hayan sido desarrollados. Por eso, por ejemplo, es frecuente hacer mención a los recursos tecnológicos educativos, a los recursos tecnológicos empresariales, a los recursos tecnológicos financieros, a los recursos tecnológicos aplicados al plano deportivo, a los recursos tecnológicos aplicados a procesos de investigación y a los recursos tecnológicos didácticos, entre muchos otros que sirven para ejemplificar los alcances de los recursos de origen tecnológico.