Muchas interpretaciones tiene el concepto de prenda. Según el ámbito en el cual se emplee esta palabra, es posible aprovecharla para aludir a una pieza de indumentaria, para hacer referencia a una prueba que debe superar aquel que pierde un juego y para mencionar las cosas muebles asociadas al cumplimiento de una cierta obligación, por ejemplo.

En el campo del Derecho, por detallar un caso concreto, se define como prenda pretoria a aquella que se constituye por decisión de un juez y que comprende los productos de aquello trabado o empeñado. Asimismo, es posible diferenciar entre contrato de prenda irregular, fiscal, administrativo, mercantil o civil. Por otra parte, es interesante saber que existe la prenda con registro (también conocida como prenda sin desplazamiento), una expresión que refiere al derecho real de garantía que oscila entre la hipoteca y la prenda: la prenda de créditos es una de las modalidades más tenidas en cuenta en la actualidad.

Si centramos la atención en la indumentaria, entonces descubriremos una amplia variedad de opciones, ya que hay prendas femeninas y prendas masculinas, así como también prendas de invierno, prendas de media estación y prendas de verano, por indicar algunas clasificaciones en base a cuestiones fáciles de interpretar en la práctica. Cabe resaltar además que las prendas de vestir pueden conseguirse en diversos tamaños, estilos, colores, diseños y materiales: todo depende de las pretensiones de la persona que las use. Y si se trata de piezas destinadas a cubrir las zonas íntimas, entonces se las engloba en el grupo de prenda interior.