Los bioquímicos suelen definir como péptido a toda molécula conformada por la unificación de carácter covalente de un mínimo de dos aminoácidos. De acuerdo a la cantidad de aminoácidos enlazados y a las particularidades de cada una de estas moléculas, los expertos manejan diversos conceptos que permiten establecer con precisión de qué clase de péptido se trata sin necesidad de analizar el enlace de inmediato.

Si bien desde este espacio no ahondaremos al respecto para evitar confusiones o citar vocablos complejos para quienes no dominan la temática, sí describiremos las variedades de péptidos con el propósito de orientarlos en esta cuestión.

De considerar la cantidad de aminoácidos que intervienen, por ejemplo, se habla según corresponda de oligopéptido (cuando el número es menor a la decena), polipéptido (comprende enlaces de hasta aproximadamente cien aminoácidos) y proteínas (cuando se unen más de cien aminoácidos).

Asimismo, hay péptidos antimicrobianos (tal como se considera a las proteínas que se obtienen de manera natural y se destacan por sus efectos antibióticos) que se encuadran en el conjunto de los péptidos de síntesis ribosomal, donde pueden a su vez ser segmentados, de acuerdo a la estructura que posean, en péptidos de estructura beta, péptidos de estructura extendida y péptidos de estructura a-hélice. Otros, en cambio, surgen por acción de hongos y bacterias y se enmarcan en el grupo de los péptidos de síntesis no ribosomal.

Además de los mencionados líneas arriba, señalan los expertos, hay péptidos denominados como inhibidores gástricos; péptidos de raíz opioide; péptidos miméticos y polipéptidos pancreáticos, entre otros.