La palabra latina pactum ha derivado, con el paso del tiempo, en “pacto”, un vocablo que se emplea como sinónimo de acuerdo, alianza o convenio entre un mínimo de dos partes que asumen el compromiso de llevar a cabo aquello que han acordado.
Como el término se aplica en numerosos ámbitos y contextos, hoy en Tipos.com.mx hemos decidido hacer foco en la noción para poder ofrecerles información concreta acerca de las múltiples clases de pactos que existen a nivel mundial.
Uno de los pactos más fáciles de reconocer en cada país es el de índole política ya que, como sabrán muchos de ustedes, son frecuentes las alianzas entre políticos y/o partidos tanto antes como después de los comicios con el propósito de fortalecer un mandato o para lograr beneficios mutuos entre las partes involucradas en el pacto. Por su parte, la religión también aprovecha el concepto para hacer referencia a los pactos bíblicos que, según los expertos en Teología, son dos: uno que se establece entre Moisés, los pobladores de Israel y Jehová, y otro encarnado por Jesús, quien apela al vino y al pan como símbolo de su sangre y su cuerpo.
Claro que las mencionadas no son las únicas modalidades: también hay pactos comisorios (de naturaleza prohibida por dar al acreedor la chance de quedarse con el bien o elemento dejado como garantía si no se cumple el acuerdo); pactos de cuotalitis (aquellos que los abogados hacen con sus clientes para quedarse con una porción del dinero obtenido tras un proceso judicial) y pactos sucesorios (los cuales son de dudosa legalidad por hacer foco en las herencias futuras), por citar algunos otros.