La elocuencia al expresarse de manera oral y el saber asumir el rol de orador se describen, de acuerdo a la teoría, como oratoria. Esta palabra, además, identifica a un género literario donde aparecen los sermones, las conferencias, los discursos y las disertaciones, entre otras modalidades.

El número de personas que, en un evento o circunstancia especial, toman la palabra permite establecer si se trata de una oratoria grupal (con al menos dos individuos hablando) o de una oratoria individual (el uso de la palabra es exclusivo de un único sujeto).

Las temáticas abordadas y el tipo de receptor del mensaje, en tanto, le dan importancia a clasificaciones como las de oratoria académica (asociada a cuestiones científicas o literarias que puedan servir para informar, enseñar y transmitir saberes), oratoria demostrativa o epidíctica (focalizada en sucesos pasados y orientada a un público que no posee influencia sobre el tema desarrollado ni capacidad para juzgarlo), oratoria deliberativa o política (dirigida a hechos futuros, planteando cuestiones útiles y provechosas y marcando aquello que el orador considera perjudicial para que los participantes puedan interiorizarse sobre ellos, opinar y votar) y la de oratoria judicial o forense (sobre actos pasados, acerca de los cuales el orador plantea acciones que, a su criterio, son justas o injustas). Es interesante tener en cuenta además que los predicadores suelen hacer uso de la denominada oratoria sagrada para realizar sus sermones u oficios religiosos, la cual se asocia al género político o deliberativo, conjunto donde aparece además como opción a tener en cuenta la oratoria militar.