Desde la música y los dichos populares se suele insistir con la idea de que “madre hay una sola” pero, en verdad, existen muchas clases de mamás.

Las progenitoras se diferencian entre sí por cómo y cuándo llegan a ejercer el rol de madre, por sus situaciones personales al criar a un hijo y por la forma de educar a sus herederos, por ejemplo.

Con solo prestar atención al mundo que nos rodea podemos encontrar, entre otras alternativas, casos de madres adolescentes, de madres solteras, de madres que han quedado viudas, de madres primerizas, de madres trabajadoras, de madres jóvenes, de madres de edad avanzada y de madres del corazón (adoptivas) que no llevaron a sus hijos en el vientre pero los aman y cuidan igual que lo hacen con sus descendientes de sangre la mayoría de las madres biológicas.

Según cómo eduque y se relacione con sus sucesores, por otra parte, la madre puede ser considerada como permisiva o autoritaria, moderna o antigua, divertida o aburrida, responsable o irresponsable, revolucionaria o conservadora, sobreprotectora (posesiva) o liberal, etc. Asimismo, la religión de cada familia permite clasificar a las mujeres con hijos como madres judías, madres católicas o madres musulmanas, por señalar las opciones más comunes.

Lamentablemente, a lo largo de la Historia la realidad ha demostrado que, pese a que se suele señalar que las mujeres tienen instinto materno tengan o no descendientes, hay también madres golpeadoras y madres asesinas que maltratan y que llegan, incluso, a quitarle la vida a sus propios hijos.