El concepto de layout, una palabra de origen inglés que no está incluida aún en el diccionario de la Real Academia Española (RAE), es muy empleado en el campo de la tecnología, marco en el cual se lo interpreta como plan o disposición.

Cuando en la práctica se aplica esta noción en relación a la ubicación de recursos y su distribución para un manejo y aprovechamiento óptimo de instalaciones y herramientas para favorecer los procesos productivos, entra en juego una amplia variedad de opciones a tener en cuenta, las cuales vamos a describir a continuación para ofrecer datos útiles sobre el tema.

Para producciones continuas, por detallar un caso específico, se suele recomendar el layout por producto o en línea, que apunta a ordenar todo lo necesario para la fabricación de una pieza en una línea de producción secuencial. Así, además de mejorar la coordinación del proceso, se reduce el tiempo de trabajo y se simplifican las tareas de planeamiento, puesta en marcha, seguimiento y control de cada etapa.

De tratarse de una producción intermitente, en tanto, se apela al layout por procesos o funcional. Esta alternativa que invita a juntar en un área específica todos los equipos y recursos para llevar a cabo una actividad o procedimiento para que sea el producto el que sea trasladado de un sitio a otro según cada fase de producción otorga más flexibilidad y requiere inversiones menores respecto a otras modalidades de trabajo, entre otras características.

Para producciones por montaje, por agregar otra posibilidad, es de gran utilidad el layout en U o celular, mientas que la producción por proyectos puede beneficiarse notoriamente de aplicarse el llamado layout de posición fija.