En muchos hogares y exposiciones de arte suele haber jarrones de diversos tamaños, materiales, formas y diseños como detalle decorativo por su apariencia pero también por el valor histórico, artístico y/o sentimental que suelen tener. Estos recipientes, que pueden llegar a lucirse tanto en ambientes internos como en lugares al aire libre en función de las particularidades que posean, tienen fines ornamentales y es interesante repasar su historia para descubrir todas las variedades que han surgido con el paso de los años, llegando incluso a inspirar símbolos, pinturas, bordados y valores culturales.
Es posible distinguir, por ejemplo, entre jarrones con pliegues y asas o trompa lisa, jarrones con base de copa estriada y cuerpo liso, jarrones cántaro con referencias mitológicas, jarrones tipo urna y jarrones de copa alta e inspiración renacentista. Los jarrones artesanales pintados a mano y los jarrones confeccionados con materiales reciclados son otras posibilidades a tener en cuenta.
Entre los coleccionistas de estas vasijas, en tanto, hay quienes prefieren los jarrones de barro, otros se dejan cautivar por los jarrones de cerámica, personas que eligen conservar jarrones de cristal y gente que atesora jarrones de mimbre. Como resulta evidente, hay opciones para satisfacer toda clase de preferencias en relación a la materia prima de estos elementos.
Cabe destacar además que, por su origen, estas piezas pueden ser definidas como jarrones chinos, jarrones japoneses, jarrones mexicanos, jarrones egipcios, jarrones turcos y jarrones italianos, por enumerar algunas de las alternativas más comunes que se diferencian entre sí por sus formas, materiales, colores y diseños.