En español, el concepto de ícono posee múltiples acepciones y se utiliza, por lo tanto, en diversos ámbitos. De remontarse a otras épocas, es posible asociar el término al mundo del arte ya que refiere a una tabla pintada durante el Imperio Bizantino y a la representación religiosa de pincel o relieve que se luce en muchas iglesias cristianas.
Al contemplar este tipo de creaciones tradicionales de temática religiosa, es posible determinar que, por lo general, se realizan retratos planos sobre metal, madera o mosaicos o figuras en relieve (esculpidos en piedra o bordados) de Jesucristo, la Virgen María, los Santos y/o los ángeles.
Sin embargo, el paso del tiempo ha provocado que las generaciones más jóvenes conciban al vocablo como un signo que permite dar mensajes claros sin necesidad de utilizar la palabra (como las señales de tránsito) y como la representación gráfica esquemática que, según el lenguaje propio de la informática, sirve para identificar funciones o programas.
Cabe destacar también que, como consecuencia de su significado general (el de ser un símbolo gráfico que representa algo sin necesidad de mencionarlo de forma expresa), la cultura popular se ha valido de esta palabra para describir a ciertas personalidades. Al respecto, se puede resaltar que es habitual que una figura pública que tenga un estilo o look que marque tendencia (como lo puede ser una modelo internacional o un diseñador) sea considerada como un “ícono de la moda”. Madonna y David Beckham, cada uno en su especialidad y por sobresalir con una estética definida y particular, son dos celebridades que han ganado el mote de “ícono”.