Las encontramos en la zona de los juegos infantiles de las plazas, así como también podemos comprarlas para que los niños de nuestra familia se diviertan en el hogar. Los adultos, asimismo, disfrutan una variedad que invita al relax…

Como el título de esta nota lo adelanta, en esta oportunidad haremos referencia a las diferentes clases de hamacas (o columpios, tal su otra denominación) existentes.

Las hamacas paraguayas, por ejemplo, constan de una tela o red que se sujeta por los extremos a bases firmes y sólidas para que la persona pueda mecerse. Son ideales para lugares al aire libre con vistas privilegiadas (en una playa frente al mar, en un jardín rodeado de montañas, etc).

Las hamacas para bebés, en tanto, son sillas mecedoras que permiten entretener a los más pequeños con movimientos suaves que, según las características de cada uno de estos asientos, incluso pueden complementarse con sonidos.

Las hamacas públicas que se instalan al aire libre junto a los toboganes y otros juegos, por su parte, pueden tener dimensiones pequeñas y una correa de seguridad a fin de proteger la integridad de los bebés, o ser más largas y con asientos de diversos materiales para que niños, jóvenes y hasta adultos puedan hamacarse con comodidad.

En los hogares, por otra parte, se pueden encontrar hamacas individuales o de más cuerpos con distintos diseños, colores y materiales de fabricación, mientras que en heladerías, hoteles o sitios con ambientación campestre pueden llegar a encontrarse hamacas que pueden, o no, estar protegidas por un toldo y que tienen la apariencia de un sillón donde al menos dos personas pueden mecerse al mismo tiempo.