Una reunión con familiares y amigos, o simplemente un plan especial compartido en pareja (si la idea es disfrutar una comida abundante), puede ser la ocasión ideal para deleitarse con una fondue.

Así se conoce a una alternativa gastronómica de origen suizo que se prepara en una cazuela o recipiente especial donde se funden los ingredientes seleccionados de acuerdo al sabor buscado. Al respecto, es importante señalar que existe una versión de fondue dulce y otra de fondue salada.

La más tradicional de todas es la fondue de queso, una receta que se logra a partir de la combinación de diferentes quesos (fontina, gruyere, emmental, etc) y vino blanco. La idea es lograr que al derretir todos los ingredientes (que varían según la región donde se prepare el plato) se consiga un producto homogéneo y cremoso de buen sabor. Trozos de pan, aceitunas, dados de vegetales y fiambres cortados en cubos para poder sujetarlos con pinchos son parte de los acompañamientos para esta crema de queso.

La fondue de carne, en tanto, se logra con cortes de carne vacuna aunque también hay variedades con pavo, solomillo de cerdo y pollo. Para esta versión se suelen preparar múltiples salsas.

Para los golosos, por otra parte, la fondue de chocolate es irresistible. En este caso, las frutas (kiwi, frutilla, banana), los merengues sólidos, las trufas y las vainillas son complementos perfectos.

Es interesante saber además que hay fondues que se bautizan de acuerdo a la región de origen. Así, entonces, se puede diferenciar entre fondue vietnamita, fondue japonesa, fondue china, etc.