A la hora de lucir peinados o realizarse cortes de cabello, mucha gente presta atención a las tendencias para tener un look bien a la moda. En este marco, el flequillo, es decir, la parte de la cabellera que tapa parcial o completamente la frente, es un detalle fundamental.
A lo largo de los años han existido temporadas en las cuales la costumbre era no llevar flequillo para dejar toda el área facial al descubierto y otros tiempos donde el flequillo, en diversas presentaciones, ganó protagonismo.
Quienes se especializan en cuestiones estéticas aseguran que existe un flequillo recomendado para cada tipo de rostro. Hoy, con fines orientativos, describiremos alternativas al respecto pero sin asociar cada estilo a alguien en particular para que cada persona tenga la libertad de elegir el que más le atraiga sin condicionamientos.
A cualquier edad, por ejemplo, se puede llevar un flequillo recto que llegue hasta las cejas para no dificultar la visión. También es una opción a considerar por hombres y mujeres el flequillo partido o segmentado, con separaciones de mechones que por lo general dividen la frente por la mitad, dando idea de una ‘V’ invertida.
El flequillo barrido, en tanto, se orienta de manera oblicua sobre uno de los costados, dejando la otra parte al descubierto. Para conseguir este efecto hay que cortar las puntas de forma irregular.
Menos estructurado es el flequillo recortado, que admite diferentes alturas de corte, formas asimétricas y mechones separados, generando una apariencia casual e informal. También existe la posibilidad de combinar un corte recto pero con graduación para darle asimetría y lograr así un resultado de flequillo desigual pero cuidadosamente cortado y moldeado.