Para comprender qué es el federalismo y cuáles son sus modalidades primero es necesario recordar qué es la federación, ya que la teoría define al federalismo como la corriente o teoría política basada en los principios de un Estado Federal.

Una vez refrescados los conocimientos, será más sencillo reconocer las distintas clases de federalismo existentes y cuáles son las características que permiten diferenciarlas unas de otras.

Cuando se hace alusión al federalismo simétrico, por señalar un caso puntual, se busca marcar el desarrollo de un régimen centrado en competencias idénticas para cada organismo abarcado, es decir, se apunta a darle los mismos poderes a cada territorio.

De ser un federalismo asimétrico, entonces se podrá distinguir a un Estado en el cual al menos una región, por diferentes motivos, posee más atribuciones que las demás, como suele suceder por lo general en naciones con diversidad cultural.

Si centramos la atención en la historia de Bélgica, por proponer otra opción que nos invita a descubrir más particularidades del federalismo, encontraremos que, a partir de las reformas institucionales que tuvieron lugar en 1970, ganó protagonismo un federalismo belga formado por un par de entidades federales (Regiones y Comunidades) que comparten con el Estado las competencias de carácter público.

Cuando se amplía la visión y se alude a la idea de federalismo mundial, se intenta destacar la importancia de conseguir una gestión general de máximo alcance para que organismos supranacionales resuelvan problemas propios de ciertos países, los cuales deben resignar cierta parte de lo que implica su soberanía para que esto sea posible.