Cada vez que el médico nos receta un medicamento o que tenemos síntomas fáciles de solucionar con una droga de venta libre (como el ibuprofeno para aliviar dolores musculares o de cabeza), debemos acercarnos hasta una farmacia para conseguir los remedios. Estos lugares donde a menudo también encontramos productos de higiene personal y accesorios de belleza (como cepillos para el cabello, cremas, etc) se clasifican en distintas categorías según las particularidades que posean.

En Cuba, por señalar un caso puntual a modo de referencia, a las farmacias que están de guardia se las define como farmacias piloto. Cabe destacar que cuando se hace alusión a las farmacias de turno se apunta a los establecimientos que, de manera rotativa, dan servicio las 24 horas para responder a situaciones urgentes.

La ubicación de cada local también permite diferenciar entre farmacias a la calle, farmacias que funcionan en shoppings, etc, así como su año de inauguración y decoración invitan a reconocer farmacias antiguas frente a las farmacias modernas.

Por último, es necesario remarcar que quienes se instruyen en Farmacia tienen numerosas especializaciones, entre las cuales aparecen la Farmacia Hospitalaria (para gestión de medicamentos y atención farmacéutica en hospitales), Farmacia de Atención Primaria (no comercializa ni brinda medicación sino que el especialista se encarga de promover una utilización adecuada de los medicamentos), Farmacia Galénica (ámbito en el cual se convierten principios activos y drogas en medicación de administración sencilla) y Farmacia Clínica (donde se aprende a suministrar una óptima atención al paciente/cliente), por enumerar algunas a modo orientativo.