Ningún dolor es grato, pero cuando el foco está en la cabeza la experiencia puede llegar a ser muy fuerte, complicada y desesperante. Todos, alguna vez, hemos padecido un dolor de cabeza que, en función de su origen y duración, pudo haber sido más o menos intenso respecto a otras dolencias.

Si bien siempre hay que consultar al médico y evitar la automedicación, a modo de información general conviene asesorarse para poder determinar qué clase de dolor de cabeza tenemos en cada oportunidad y, según el cuadro general, interpretarlo como una emergencia, una señal de alarma a tener en cuenta o un síntoma crónico.

Cabe destacar que dentro de los dolores de cabeza más comunes está el que surge por tensión, derivada de una mala postura corporal, cansancio extremo, estrés o de una gripe o resfriado. El foco del dolor en este caso puede concentrarse en la zona del cuello o en la sien y avanzar, así como también pueden estar acompañados por molestias dolorosas en el cuello. Un golpe también puede, horas más tarde, ser un factor que explique la aparición de un fuerte dolor de cabeza, así como ocurre algo similar con la cefalea que aparece tras comer mucho o beber en exceso.

La migraña, por su parte, provoca dolores intensos de cabeza que se prolongan por horas y días, con una intensidad que varía entre moderada y severa.

Menos comunes pero no por eso menos importantes son los cuadros de dolores de cabeza en racimo, que según los médicos pueden llegar a ser los más intensos y afectar en gran medida a los hombres.