Se define como ergonomía a la disciplina que se encarga de analizar información tecnológica y biológica focalizada en inconvenientes relacionados a la adaptación entre un ser humano y una máquina. Dentro del estudio general existen diversas especialidades, cuyas características describiremos en los párrafos siguientes.
Hay un área de trabajo identificada como ergonomía cognitiva que sirve de marco para examinar cómo y en qué nivel la respuesta motora, la memoria, el razonamiento y la percepción de alguien influyen en la interacción entre un individuo y otros elementos pertenecientes a un sistema, como un aparato y el entorno.
La ergonomía física, en tanto, prioriza los rasgos anatómicos y las particularidades biomecánicas, fisiológicas y antropométricas de la persona. Se analizan así cuestiones referidas al manejo manual de recursos, a posturas de trabajo y a la seguridad ocupacional. Parte de esta línea es la ergonomía computacional, que también guarda relación con la ergonomía lógica.
Por otra parte aparece la ergonomía visual, que se encarga de establecer las condiciones para que el ser humano trabaje o desarrolle diversas tareas sin forzar la visión, con comodidad y agudeza. Entran en juego en este campo de estudio la iluminación, el tiempo de esfuerzo visual, la distancia visual que se necesita al trabajar y la postura corporal para concretar la acción.
Al hacer alusión a los alcances y aplicaciones de la ergonomía tampoco se puede dejar de mencionar la ergonomía organizacional, también definida como macroergonomía, que tiene como fin establecer estructuras y políticas para optimizar y hacer más sencillos los sistemas socio-técnicos necesarios para concretar un trabajo o tarea concreta.