El acto y la consecuencia de encuadrar, un término que está muy presente en disciplinas como la Fotografía y la Cinematografía, se conoce como encuadre. A continuación detallaremos las características de diversas clases de encuadre pero antes resulta interesante señalar que esta palabra también se aprovecha en las ciencias sociales para identificar a un esquema de interpretación que la gente utiliza para comprender y actuar en ciertas circunstancias en base a los filtros emocionales.

Si abordamos la noción a partir de los conocimientos de un fotógrafo, haremos referencia al encuadre como el resultado de capturar una determinada realidad (escena) al elegir, organizar y priorizar los elementos que componen la imagen lograda. Al realizar retratos grupales o fotografiar un paisaje, por ejemplo, se suele apelar al encuadre horizontal para sugerir tranquilidad, amplitud y quietud.

El encuadre vertical, en tanto, suele reservarse a fotografías que busquen dar idea de firmeza, solemnidad y fortaleza, como ocurre al retratar la figura completa de un ser humano.

Por otra parte, tampoco se puede dejar de mencionar al encuadre inclinado, un recurso artístico que se tiene en cuenta para provocar impacto y asombro a partir de un contenido dinámico que transmita profundidad, como puede ocurrir al fotografiar una carretera rodeada de montañas o capturar un instante del vuelo de un ave.

Para las fotografías y los rodajes de cine, asimismo, se utilizan además las categorías de encuadre abierto (amplio, para observar al objeto central y la ambientación del entorno), encuadre cerrado (para priorizar solamente una parte de algo y no distraer la atención), encuadre medio (también denominado encuadre americano, ideal para retratar la interacción de varios elementos, seres, etc) y encuadre extremadamente cerrado (para resaltar algo puntual, por eso se conoce también como plano detalle).