Una salida de dinero, el hecho de terminar los estudios o bien una partida de descargo le da relevancia a la idea de egreso. Por su significado, se utiliza este vocablo para indicar lo contrario a un ingreso, cualquiera sea el contexto de uso. Por ejemplo: “Autoridades nacionales se hicieron presente en el acto de egreso de quinientos efectivos de la Policía Local”, “Habría que revisar las condiciones de ingreso y egreso al territorio nacional para minimizar riesgos”, “El empresario, envuelto en una grave crisis financiera porque, en el último año, los egresos han sido considerablemente superiores respecto a sus ingresos”.
Esta palabra, derivada del término en latín egressus, tiene numerosas aplicaciones prácticas y está sujeta, por lo tanto, a múltiples categorías.
Es posible distinguir, por ejemplo, a los egresos económicos (entendidos como el dinero que sale de una cuenta para pago de gastos varios, que a su vez pueden analizarse desde una perspectiva diaria, mensual o anual para establecer cuánto dinero entró y cuánto salió y ser clasificados según corresponda como egresos fijos o variables) frente a los egresos estudiantiles (cierre de una etapa marcado por la finalización de los estudios primarios, secundarios, terciarios o universitarios por parte de un grupo de alumnos).
Asimismo, existen diferencias entre ellos y los egresos hospitalarios, interpretados como la salida de un paciente del hospital o centro médico donde se encontraba internado. Cabe destacar que esta situación puede darse por un alta voluntaria, el traslado a otra institución dedicada a la salud, la mejoría de la persona que ya no requiere hospitalización o por su fallecimiento.