En la vida cotidiana adquieren relevancia, por diferentes cuestiones, numerosas clases de documentos. La mayoría de la gente, por ejemplo, utiliza a diario facturas, pagaré y notas de crédito o débito sin saber tal vez que son parte del conjunto de los documentos comerciales, mientras que otras personas tienen conocimientos precisos que les permiten identificar y saber usar a los llamados documentos mercantiles.
Hoy, con el objetivo de ayudarlos a ampliar sus conocimientos sobre el tema, detallaremos cómo se clasifican los documentos públicos, denominación que nuclea a toda la documentación que autoriza o expide un funcionario público o autoridad competente.
El más popular y más fácil de reconocer por todos los ciudadanos es el documento de identidad, también conocido como carné de identidad, cédula y tarjeta de identidad, según las clasificaciones vigentes en cada nación. Se trata de un documento público en el cual se plasman los datos personales de cada individuo para identificarlo con su nombre, su domicilio, estado civil, fecha de nacimiento, etc. El acta de nacimiento es otro documento público que prueba el origen (y por lo tanto, la identidad) de un ser humano.
La escritura pública es otra de las tantas herramientas que se incluyen en el grupo de los documentos públicos. En este caso, se trata de un instrumento de carácter notarial donde aparecen uno o más testimonios de las partes involucradas en un contrato o acto que se certifica ante un notario público.
El pasaporte, la licencia de conducir y los certificados de discapacidad son otros tipos de documentos públicos que se necesitan para realizar diferentes trámites y respaldar múltiples acciones.