Hay palabras que, por tener múltiples definiciones y aplicaciones varias que difieren entre sí, necesitan ser contextualizadas para poder funcionar de manera coherente dentro del mensaje o idea que se comunica. Este es el caso, por ejemplo, del término diferencial.

Este vocablo, a nivel general, puede funcionar como adjetivo para describir a todo aquello que marca una diferencia respecto a otras cuestiones o elementos similares. En el campo de la Matemática, en cambio, puede servir para señalar que una cierta cantidad resulta infinitamente diminuta así como también para hacer alusión a la diferencia de una variable que resulta pequeña de manera infinita. Hay aplicaciones diferenciales tangentes, diferencial jacobiana, formas diferenciales y operadores, ecuaciones, geometría y cálculos de tipo diferencial, por indicar precisiones sobre el tema.

Los expertos en Mecánica, por su parte, presentan como diferencial a un tipo de mecanismo que se aplica en los automóviles para enlazar tres móviles a fin de que puedan ser distintas sus velocidades simultáneas de rotación.

Además de estos usos, la noción forma parte de expresiones como termómetro diferencial (aprovechado para hacer una medición de diferencias de temperatura mínimas), rasgo diferencial (detalle fundamental para diferenciar una unidad lingüística de otra perteneciente al mismo idioma), señal diferencial (como lo es, por ejemplo, la señal telefónica) o interruptor diferencial (dispositivo de carácter electromecánico también conocido como dispositivo diferencial residual).

Y como si estas aplicaciones mencionadas líneas arriba no fueran suficientes, también es posible trabajar en Electrónica con amplificadores diferenciales o especializarse en una disciplina profesional conocida como Psicología Diferencial, entre otras posibilidades.