Custodia tiene, a diario, mucha gente: desde los presos que son vigilados y escoltados por alguien de la fuerza de seguridad para evitar fugas hasta las personalidades adineradas y famosas (un político en actividad, una estrella de rock). Asimismo, se apela a la custodia durante el transporte de caudales, para garantizar el bienestar de un testigo protegido de una causa judicial y para resguardar a gente que podría ser objeto de ataques por denunciar cuestiones complicadas o tener a cargo una causa judicial de gran importancia, por ejemplo.
Las aplicaciones son numerosas, pero lo interesante de este término es que está sujeto a múltiples interpretaciones y clasificaciones, incluso abarcando a la religión católica. Dentro del catolicismo, se define como custodia al objeto confeccionado en plata u oro en el cual se expone ante los fieles la hostia consagrada.
Los expertos en Derecho de Familia, en cambio, aluden a la idea de custodia legal para describir la situación jurídica que se desencadena al emitirse una sentencia que deja a personas incapacitadas o menores de edad bajo responsabilidad, guardia y custodia de un mayor (que puede ser su madre, su padre u otro individuo según cada caso). En el marco de un divorcio o separación conyugal donde hay hijos, suele decretarse la custodia compartida excepto que existan razones que impidan o vuelvan a esta opción peligrosa para los menores.
Asimismo, se hace referencia a la custodia cuando una institución o persona cuida, atesora y conserva piezas o documentación valiosa. Por señalar una posibilidad: “Los manuscritos están bajo custodia de la biblioteca local”.