Más de cinco interpretaciones diferentes propone el diccionario de la Real Academia Española (RAE) para el concepto de crisis. Esta palabra, con raíces latinas y griegas, permite hacer alusión a la brusca transformación que se evidencia en el desarrollo de una enfermedad, a un periodo de escasez y a instancias de fuertes complicaciones y conflictos, entre otras posibilidades.

De plantearse la idea de crisis ministerial, en tanto, habrá que pensar en la condición que atraviesa un ministerio a raíz de la dimisión de uno o más integrantes, mientras que una crisis sanitaria se caracteriza por una realidad difícil y grave que hace colapsar al sistema sanitario de una o más áreas geográficas, generando un elevado número de víctimas, vulnerabilidad social y altas tasas de mortalidad.

Cuando el ámbito que presenta inestabilidad guarda relación con la conducción y administración de un país o territorio, provocando desequilibrios en los representantes y fragilidad institucional, entonces se hace referencia a una crisis política. Si el foco de inconsistencia abarca a las finanzas y afecta la economía, en cambio, adquiere relevancia la expresión de crisis económica. Cabe destacar que, a lo largo de la Historia, han surgido en diferentes rincones del mundo catástrofes, malas gestiones y decisiones gubernamentales desacertadas que derivaron en crisis de oferta y demanda, crisis del petróleo, crisis de subsistencia, crisis de suministros, crisis hipotecarias, etc.

A nivel privado y personal, un individuo puede experimentar durante distintas etapas múltiples clases de crisis: hay jóvenes que padecen crisis vocacionales, matrimonios que luchan para salir de una crisis de pareja, adultos que buscan ayuda para salir adelante tras un crisis emocional y familias que por una crisis en la economía del hogar no llegan a recuperar el buen nivel de vida que en algún momento tuvieron.