El concepto de cita se puede aplicar a diferentes circunstancias. Una reunión con empleados, jefes, socios o colegas, por ejemplo, puede definirse como una cita de trabajo, mientras que una salida romántica puede significar la primera cita de una pareja.
Una cita a ciegas, en cambio, es un encuentro que se organiza sin que las personas involucradas se conozcan previamente. Lejos de estas interpretaciones aparecen las citas literarias, tal como se identifican a los fragmentos de un texto o discurso que se toman para incluir en otro material aclarando la fuente. También puede ocurrir que se hagan citas fuera de contexto, es decir, que se distorsione el contenido de un texto o presentación para ridiculizar, generar polémica o perjudicar de alguna manera a alguien.
En el campo de la Botánica, en tanto, se suele hacer alusión a la cita del autor, ya que es un dato que debe agregarse cuando se evoca un nombre científico, que debe complementarse con la identidad del autor del taxón. Algo similar ocurre con las citas bibliográficas: estas referencias incluyen datos que permitan localizar el material tomado como fuente en un artículo, monografía, libro, etc).
Al redactar un artículo, además, es importante tener presente al recurso de las citas y saber cómo usarlo según cada caso. Cuando se desea incluir una declaración textual (es decir, algo tal y como lo dijo alguien) es necesario usar dos puntos y comillas. Se trata en este caso de las citas directas. Ejemplo: El cantante aseguró: “Estoy preparando un nuevo disco. Es un proyecto que me entusiasma, un desafío que me permitirá mostrar una faceta nueva arriba del escenario”.
Una cita indirecta, en cambio, busca respetar las declaraciones pero trabajadas desde la unificación del texto. Por ejemplo: El cantante aseguró que prepara un nuevo disco y se mostró entusiasmado con este proyecto ya que representa para él “un desafío” que le permitirá mostrar “una faceta nueva arriba del escenario”.