El concepto de ayuno entra en juego cuando se busca describir la situación de alguien que no ha comido nada durante al menos las últimas doce horas o que debe privarse de la alimentación por un considerable periodo de tiempo.
Hay muchas causas para hacer ayuno o concretar la acción de ayunar, entre las que aparecen las motivaciones religiosas y cuestiones vinculadas a la salud (para realizar determinados estudios médicos, por ejemplo, se le solicita al paciente realizar un ayuno de doce u ocho horas).
Cuando la abstinencia tanto de sólidos como de líquidos se mantiene por voluntad propia desde doce horas atrás, se hace alusión al ayuno natural.
De dirigir la atención a los ayunos dentro de la religión, podremos diferenciar entre los ayunos judíos (al conmemorarse Yom Kipur, por describir un caso, el ocaso marca el inicio del ayuno y de otras prácticas que se suspenden hasta que, al día siguiente, llega el anochecer), los ayunos islámicos (como sucede en Ramadán) y los ayunos cristianos. En este último caso, es posible además distinguir entre ayunos absolutos (cristianos que suspenden no sólo la ingesta de sólidos sino también de líquidos), ayunos normales (el agua no se incluye en la suspensión), ayunos parciales (se evitan, por ejemplo, productos que no sean verduras o legumbres) y ayunos medios (ante problemas de salud, se autoriza realizar una comida al día).
Cabe resaltar, por otra parte, que hay personas que apelan al ayuno como forma de protesta. En este marco, se realiza una huelga de hambre para llamar la atención de alguien y forzar así una solución. Las maneras de llevar a cabo esta clase de ayuno varía según las intenciones y la firmeza del sujeto: en casos extremos, cuando el ayuno se respeta por un largo periodo de tiempo, se llega a un resultado fatal.