Por cuestiones estéticas, mucha gente (en especial, mujeres) apela a la técnica del alisado para tener su cabello lacio, es decir, sin rizos ni ondulaciones. Para lograr este efecto no existe un único método, por eso en esta oportunidad repasaremos diversas alternativas para ayudarlos a saber más sobre esta práctica extendida a nivel mundial.

Los alisados químicos que se ofrecen en un salón de belleza o peluquería, donde se aplican productos para lograr que las fibras capilares pierdan su formato original para adoptar una apariencia recta, contemplan varias propuestas.

Hay alisados con y sin formol (los primeros no son recomendables por los daños que representan no sólo para el pelo sino para la salud en general), alisados con amoníaco y ácido tioglicólico, etc.

En el hogar, uno puede intentar un efecto de alisado mediante cremas caseras, una forma más económica y saludable de tratar el pelo para que quede lacio por un tiempo considerable (el lapso varía de acuerdo al tipo de pelo, las condiciones climáticas que influyan sobre él, etc) sin llegar a contaminarlo con sustancias fuertes que terminan por debilitarlo.

Otras alternativas en materia de alisados: alisados permanentes con láser fotónico, alisados duraderos a través de la técnica del laminado térmico, alisado molecular progresivo, alisados brasileños (a base de queratina vegetal), alisados japoneses (modifican la estructura interna a través de un método de retexturización que atraviesa la corteza del pelo) y alisados egipcios (tal como se conoce a la opción de tratamiento progresivo que reduce el volumen del cabello sin quemar el pelo), por agregar otros a modo de referencia.