En todo hogar suele haber un aerosol. Estos productos que contienen líquidos bajo presión y los expulsan en forma vaporizada son muy empleados en los rubros de Farmacia, Pinturería y Perfumería. Más allá de poder identificar a los más comunes a simple vista (¿quién no ha usado alguna vez, por ejemplo, desodorante en aerosol para los pies con propiedades antitranspirantes o usado uno para aromatizar un ambiente?), es interesante saber que existen numerosas variedades que amplían los alcances de uso de estos recipientes. Para orientarlos sobre el tema, a continuación detallaremos diferentes clases de aerosoles.
Los profesionales de la salud, por mencionar un caso puntual, utilizan aerosoles con fines terapéuticos para liberar medicamentos a través de una válvula que permite dosificar el producto. En la mayoría de las ocasiones, estos aerosoles se emplean por vía inhalatoria como parte del tratamiento sugerido para ciertas patologías.
El aerosol de defensa, en cambio, es un elemento también conocido como “gas pimienta” que, al ser activado, lanza un preparado químico que genera picazón, dolor e irritación ocular de manera temporal: por esto, las personas suelen utilizarlo en defensa propia cuando están en una situación de peligro.
El aerosol atmosférico, informan los expertos en Ingeniería Ambiental, pueden surgir naturalmente (a partir de incendios forestales, tormentas de polvo y erupciones volcánicas) o bien originarse de manera antropogénica.
El aerosol evanescente, por otra parte, le sirve a los árbitros de fútbol para marcar el campo de juego de manera temporal para que los jugadores respeten distancias, se ubiquen en un determinado lugar para efectuar un tiro libre, etc.