En ciertos contextos se aprovecha el concepto de ácido asociado al sentido del humor (“Mi tío se destaca siempre en las reuniones por su humor ácido”); en otros, se vincula al gusto (“Me encantan los sabores ácidos”). Hoy, en Tipos.com.mx abordaremos esta noción pero entendida como una clase de compuesto químico que puede tener una presentación líquida, gaseosa o sólida, o bien emplearse en versión pura o como solución.
En primer lugar, es interesante señalar la existencia de los ácidos monopróticos y los ácidos polipróticos, los cuales se diferencian entre sí por la cantidad de protones donados: en el primer caso, se cede un protón por molécula en el marco de la disociación, mientras que en el segundo hay más de un protón cedido. Al analizar las disociaciones también se puede distinguir a los ácidos débiles frente a los ácidos fuertes.
La composición es otro factor que influye en la categorización de los ácidos. Al respecto, se pueden resaltar los grupos de los ácidos inorgánicos o minerales, los ácidos carboxilicos, los ácidos sulfónicos y los ácidos carboxílicos vinílogos.
Cabe señalar, por otra parte, que al pensar en ácidos también aparece como alternativa el ácido graso, tal como se conoce a la biomolécula conformada por una cadena hidrocarbonada lineal extensa. Si se hace foco en esta cuestión, será posible reconocer a los ácidos grasos saturados, a los ácidos grasos poliinsaturados, a los ácidos grasos monoinsaturados, a los ácidos grasos trans y a los ácidos grasos insaturados, por mencionar algunas categorías a modo de referencia.