Al concepto de propiedad se lo puede abordar desde el Derecho, la Filosofía, la Matemática y la Lógica, y la Física y la Química. También en el plano musical y en el ámbito gramatical se aprovecha esta palabra que, a nivel general, da cuenta de las semejanzas, cualidades y atributos de algo o alguien; y de la facultad que habilita a un sujeto a disponer de una determinada cosa en el marco de los límites legales.
Si interpretamos la noción desde la perspectiva de la ley, entonces distinguimos entre propiedad intelectual (que engloban a los derechos de autor, por ejemplo), propiedad privada, propiedad estatal (también definida como gubernamental o pública) y propiedad industrial, por señalar algunas de las categorías más comunes. Cuando no hay usufructo, entonces se alude a una nuda propiedad.
De analizar las características de construcción de una vivienda, podemos diferenciar entre propiedad vertical y propiedad horizontal. A diario, al observar distintas manzanas de una ciudad tenemos la posibilidad de reconocer propiedades en venta y propiedades en alquiler, como sabrán muchos de ustedes.
Las propiedades físicas y las propiedades químicas, por otra parte, nos ofrecen información sobre las características de cada sustancia o elemento. En este marco, tenemos la posibilidad de conocer las propiedades extensivas e intensivas de un cuerpo, así como también las propiedades organolépticas de una materia. Quienes se especializan en cuestiones químicas, además, hacen foco en las denominadas propiedades coligativas.
La propiedad distributiva, la propiedad conmutativa y la propiedad asociativa estudiada en el ámbito matemático; la propiedad fiduciaria y la propiedad comunitaria son otras alternativas que demuestran el amplio y diverso alcance de este término.