Muchos son los significados que la Real Academia Española (RAE) le atribuye en su diccionario al concepto de monopolio, un vocablo que suele asociarse al entretenimiento ya que hay un popular juego de mesa conocido como Monopoly o Monopolio.

Al buscar información sobre el tema, uno descubre una gran cantidad de clasificaciones que demuestran el amplio alcance de esta noción que, por ejemplo, se entiende como la concesión que una cierta autoridad le concede a una compañía para que la empresa tenga exclusividad en un comercio, industria o rubro: así entonces, cuando un único vendedor comercializa un determinado producto o servicio, existe un monopolio. Entendida como el desarrollo privilegiado de una actividad logrando de este modo influencia y dominio, en tanto, aparecen como opciones a tener en cuenta el monopolio de la enseñanza y el monopolio del poder político, por ejemplo.

Si profundizamos nuestros conocimientos al respecto, asimismo, lograremos saber qué y cómo es el monopolio puro (también denominado de precio lineal, donde una única empresa, sin intervención del Estado, ofrece un producto que no puede ser reemplazado por otro) y cuáles son las particularidades del monopolio artificial (marco en el cual el monopolista emplea recursos, algunos de los cuales pueden resultar violentos, para evitar que el mercado tenga más mercadería que la que él aporta). De hacer foco en el monopolio natural, se advierte un panorama donde una compañía satisface al mercado con un costo de producción menor, mientras que el monopolio bilateral se concibe como la existencia simultánea de un monopolio de demanda y otro de oferta. El monopolio discriminador de precios, en tanto, contempla un amplio abanico de precios que varía en función de las características que tengan los consumidores, el producto o el mercado en general.