La teoría establece que el concepto de marisco se utiliza para identificar a los animales marinos invertebrados que suelen tenerse en cuenta como ingredientes en diferentes gastronomías del mundo. Son parte de este conjunto, por ejemplo, los moluscos (como las almejas, los mejillones y los berberechos, por enumerar a los más populares a nivel general) y los crustáceos (como los langostinos y los camarones), así como también determinados urocordados (como el caso del piure).
Las personas que disfrutan este manjar suelen preparar o consumir los mariscos de diversos modos, dando lugar a un amplio y variado número de posibilidades a la hora de cocinar y elaborar platos a base de mariscos.
En el mercado internacional hay disponibilidad de mariscos en conserva, mariscos frescos y mariscos congelados que pueden transformarse, de acuerdo a cómo los cocinemos y con qué productos los combinemos, en mariscos a la plancha, en una cazuela de mariscos al disco, en una ensalada de mariscos fríos, en una sopa de mariscos, en mariscos salteados o en una porción de mariscos fritos. De querer extender este listado de posibilidades, se pueden tener en cuenta alternativas como mariscos gratinados, mariscos a la crema, mariscos como relleno de empanadas y mariscos a la parrilla, por agregar otras posibilidades.
En la cocina china, por describir un menú tradicional, está presente el nido de marisco (cuyo precio varía en función de los mariscos incluidos en el plato), mientras que en territorio español suele ser muy consumida la zarzuela de mariscos (un estofado con diferentes mariscos y pescados típico del norte de Levante).