Además de identificar a una raza de perro, el concepto de labrador se utiliza para describir a quien se encarga de labrar la tierra. Hay, además, varios sitios bautizados con este término. En suelo canadiense, por ejemplo, se localiza la provincia de Terranova y Labrador, la región de Costa de Labrador y la Península del Labrador.

De hacer foco en la interpretación asociada al universo canino, descubriremos mucha información de interés sobre los ejemplares de labrador retriever, animales distribuidos por el mundo que se pueden clasificar de distintas maneras de acuerdo a su origen y al color de su pelaje.

En primer lugar, es importante señalar que hay dos familias bien diferenciadas: una es la del labrador retriever inglés y la otra, la del labrador retriever americano. Es posible, asimismo, distinguir entre labradores negros, labradores color chocolate, labradores de tono canela y labradores grises o plata (los menos comunes a escala global).

En relación al pelaje, hay quienes segmentan a estos perros en labradores de pelo corto y labradores de pelo largo, aunque en este último caso hay controversia ya que para muchas personas esta raza posee una capa doble de pelo que puede tener una extensión más o menos variable, pero si es directamente largo no se trata de un exponente auténtico de esta raza, sino de una cruza o de otra casta.

Por último, una curiosidad para tener en cuenta: hay datos en Internet sobre el denominado labrador enano finlandés, una mascota que llama la atención por sus diferencias de tamaño respecto al labrador retriever.