Los usuarios de Twitter y, con el correr del tiempo, de muchas otras redes sociales como los casos de Instagram y Facebook, acostumbran hacer referencia al concepto de hashtag para distinguir a las palabras que escriben con el signo numeral (#) por delante. No son otra cosa más que etiquetas que sirven para identificar una idea, una leyenda, una consigna o un tema de forma rápida dentro del sistema. Claro que hay quienes abusan de estos caracteres y marcan cada término, generando que se pierda el sentido de las etiquetas.
Cada usuario puede encontrar, según el contenido que publique, el hashtag que mejor describa a su mensaje. Hay hashtags en todos los idiomas y sobre todas las temáticas. Y si no existe uno en especial, cualquiera puede tomarse la libertad para crearlo: de lograr que mucha gente al mismo tiempo lo utilice, entonces se conseguirá ubicarlo como Trending Topic (TT), tal como se conoce en Twitter al listado con los temas más desarrollados del momento.
Más allá de aprovechar los hashtags en las redes sociales, también hay que tener en cuenta que desde hace mucho tiempo el numeral identifica salas de chat, como recordarán aquellos que pasaban horas utilizando el Mirc.
Dadas las múltiples aplicaciones de este recurso, podemos diferenciar en la práctica numerosas clases de hashtag, no solo por la plataforma en la cual se use cada uno sino además por su contenido. Hay hashtags vinculados a deportes (#Fútbol #ViendoTenis #Gol), hashtags románticos (#Love #TeAmo #Enamorada), hashtags vinculados a la gastronomía (#MuyGourmet #CenaSaludable #PostreIrresistible), etc.