La presencia de llamas mantenidas de manera voluntaria para conservar el fuego da la pauta de estar frente a una fogata. Este término, además de ser sinónimo de hoguera, permite identificar a un arma cargada con una pequeña cantidad de pólvora que brinda la posibilidad de ser aprovechada para defender brechas o superar obstáculos en la nivelación de un terreno.
Las fogatas pueden llevarse a cabo con múltiples propósitos en un campamento: sirven para iluminar una zona, cocinar o calentar alimentos, brindar calor, etc.
Asimismo, hay que tener en cuenta que las características de las fogatas varían de acuerdo al material empleado para iniciarla, el lugar donde se desarrolla y sus proporciones, entre otras cuestiones.
Al investigar el tema, uno puede comprobar que no todas las fogatas tienen los mismos objetivos y ni siquiera la misma apariencia.
Así como hay fogatas basadas en el fuego (que puede encenderse con piedras, alimentarse con carbón o leña, etc), hay otras que no son peligrosas porque son de utilería, es decir, se imita el efecto de las llamas con múltiples productos como parte de una escenografía o decoración. Este fuego falso puede crearse con cartulinas de colores, papel celofán u otros elementos similares.
Por otra parte, hay que ser muy cuidadosos a la hora de iniciar una fogata para evitar que el fuego se propague y genere consecuencias indeseadas. No es lo mismo hacer una fogata al aire libre (donde las dimensiones pueden ser grandes pero siempre teniendo recaudos para n incendiar los alrededores) que una fogata bajo techo (donde el control debe ser más exhaustivo).