El concepto de finta se utiliza desde hace muchos años. En otros tiempos, daba nombre al tributo que, en caso de una necesidad importante, se le daba al príncipe a partir de los frutos de la hacienda de cada uno de los súbditos. Hoy en día, es habitual que esta noción se emplee como sinónimo de amague a nivel deportivo e identifique en este marco a una estrategia para confundir o engañar al rival en una jugada.
Quienes realizan esgrima, por su parte, reconocen como finta al movimiento que simula un golpe para concretar otro con efectividad.
En baloncesto, por agregar otra alternativa, están permitidas las fintas cortas y rápidas con las piernas o pies, las que aprovechan los brazos y manos para sorprender al jugador contrario y hasta las fintas que involucran el rostro a partir de miradas y gestos faciales. Es posible distinguir en este contexto a las fintas de salida en las cuales los pies se mantienen inmóviles y se giran y/o flexionan las rodillas y la cadera, a las fintas de salida haciendo dribling, a las fintas de salida en dribling y reverso, a las fintas de pase y a las fintas de tiro, las cuales evolucionarán de acuerdo a la reacción de cada rival.
A diferencia de las modalidades descriptas líneas arriba, Finta Aba no es una categoría vinculada a los amagos sino el nombre de un noble húngaro que hasta abril de 1281, y después de haber sido voivoda de Transilvania, desempeñó el cargo de Nádor de Hungría.