Cuando se habla de donas no necesariamente se hace alusión al acto de donar, una posibilidad que surge gracias al poder de la conjugación de verbos (“¿Me donas la parte que te corresponde de la torta?”, “Si donas tu tiempo libre a una causa justa, te sentirás mejor”, “Me enteré que donas útiles escolares a una entidad rural, ¡qué linda iniciativa!”). Por lo general, el término se aprovecha en la vida cotidiana para identificar a una preparación dulce disfrutada por grandes y chicos que también se conoce como rosquilla o dónut.
Según la creatividad y el espíritu goloso de cada uno, respetando la receta original se puede lograr una amplia variedad de resultados exquisitos. Hay donas glaseadas, donas rellenas (con mermelada, dulce de leche, jalea, crema, chocolate, etc) y donas decoradas con coberturas a base de cremas, chocolates y confites de colores. Y para que nadie se quede sin la posibilidad de disfrutar estas delicias, es posible elaborar donas veganas y sin gluten.
Cabe destacar que el método de cocción también varía de acuerdo a las preferencias de cada uno, ya que hay quienes optan por las donas al horno y otros que apuestan por las donas fritas.
El diseño y la presentación son otros aspectos que le aportan diversidad a este bollo dulce: si bien las más comunes son las donas redondeadas con un agujero en el medio (sí, como las que suele comer Homero Simpson), también existen las donas cuadradas y las donas con forma de corazón o estrella, por señalar otras alternativas a modo de referencia.