Los aficionados a los coches seguramente asocien el concepto de duna a un modelo de automóvil perteneciente a la marca Fiat que se comercializa a escala mundial, pero conviene tener en cuenta que, a nivel general, esta palabra alude a muchas otras cuestiones.
Hay, por ejemplo, sellos de correo denominados dunas que se comercializan matasellados y hasta una actriz de nacionalidad española, llamada Duna Santos, amplía con su identidad el alcance del término. También es posible identificar con ese nombre a las colinas de arena que, por acción del viento, se forma en playas y desiertos.
Respecto a esta última interpretación, es interesante destacar que varios factores influyen para el surgimiento de diferentes clases de dunas, donde hay alturas y bases distintas.
Frente a cantidades considerables de arena y variaciones del viento, suelen aparecer las dunas piramidales o en forma de estrella, en las cuales se advierten múltiples crestas.
Las dunas parabólicas, por su parte, poseen apariencia de letra U, con una bajada o depresión en el medio, mientras que las dunas transversales tienen la particularidad de formarse a partir de una dirección ventosa de carácter constante que dibuja formaciones alargadas de depresiones y crestas en terrenos cubiertos totalmente por arena.
De buscar más variedades, aparecerán como alternativas las dunas longitudinales (formación larga y rectilínea que queda paralela a la dirección del viento), las dunas barján (las cuales poseen forma de C o apariencia de medialuna) y las dunas barjanoides (combinación de barján con áreas de duna transversal), por agregar otras a modo de referencia.