Cuando alguien manifiesta con pruebas y testimonios la existencia de una falta o delito, se genera una denuncia.
De ser presentada ante los organismos correspondientes pero no tener una raíz verídica y estar motivada para perjudicar a alguien por un delito punible de oficio, se la conoce como denuncia falsa.
Si el denunciante oculta su identidad pero, desde un teléfono público u otro medio de contacto difícil de localizar, da aviso de un hecho ilícito para que actúen la Policía y la Justicia, en cambio, se hace alusión a una denuncia anónima.
Distinto es el caso de las denuncias por siniestro que se realizan en una empresa de seguro contratada con anterioridad al episodio, ya que al acreditar la situación el asegurador debe cubrir y asistir a su cliente.
En relación al ámbito laboral, asimismo, pueden surgir varias clases de denuncias. Por trabajo en negro (sin registrar al trabajador ante los organismos correspondientes), acoso laboral, fraude, etc.
De estar motivada por cuestiones familiares, las denuncias pueden ser por violencia de género o violencia doméstica, acoso o abuso por parte de un pariente a otro, por abandono de hogar o por adulterio, entre otras posibilidades.
Al ser víctimas de un hurto o robo (o por alguna razón haber perdido las pertenencias u objetos personales), por otra parte, es necesario presentar cuanto antes las denuncias que se necesiten para acreditar tal extravio o pérdida. Hay, en este marco, muchas denuncias por perder (o haber sufrido el robo) el teléfono móvil, las tarjetas (crédito, débito) y el documento nacional de identidad.