Un croquis, señala la teoría, es todo dibujo o ilustración que se realiza sin detalles ni precisiones, a modo de boceto. Son suficientes unas líneas plasmadas a pulso (sin la utilización de elementos de geometría) para trasladar a una hoja en cuestión de segundos un croquis inspirado en una idea, un concepto o una imagen de paisajes, territorios, construcciones, etc.

Los esquemas que se aprovechan con fines educativos (para enseñar Geografía, por ejemplo), se conocen como croquis didácticos. En ellos, sólo aparecen líneas para establecer límites o realzar la presencia de una determinada cosa: es el alumno el encargado de completarlo con información, colores y datos útiles a medida que aprende sobre el tema abordado en cada diseño.

Hay quienes por trabajo, como sucede con los expertos en Criminalística, hacen uso de los croquis ilustrativos, donde queda plasmado una escena del crimen con ubicaciones de elementos significativos para la investigación, contexto del hallazgo del cuerpo, etc. Los diseñadores de moda, por su parte, también aprovechan los croquis para volcar sobre un papel las piezas que su imaginación les permite crear antes de comenzar a trabajar sobre las telas, medidas y costuras.

Otra clasificación permite distinguir a los croquis de zonas (abarcan áreas, como ocurre con los croquis panorámicos), a los croquis que marcan un itinerario de camino y a los croquis perspectivos (como el de diseño militar).

De buscar más alternativas al respecto es posible encontrar propuestas como los croquis de presentación, los croquis de memoria, los croquis de observación directa y los croquis de observación indirecta.