Los expertos en Zoología aprovechan el concepto de crustáceo para definir a los artrópodos que poseen cuatro antenas y respiración branquial y están recubiertos por un caparazón que, por lo general, está calcificado. Son parte de este conjunto de animales acuáticos el langostino, el camarón y el cangrejo, entre otros.
A nivel más amplio, según se deduce de la práctica, el término funciona como adjetivo para describir a algo que presenta costras. Los fanáticos de Bob Esponja, por otra parte, recordarán que esta palabra se utiliza en la serie televisiva animada para hacer alusión al restaurante donde trabaja el protagonista, bautizado como “Crustáceo Cascarudo” o, en su versión española, “Crustáceo Crujiente”.
Si abordamos la noción desde la Zoología, descubriremos la existencia del orden de crustáceos Decapoda. La mayoría de los decápodos, señalan los expertos, es carroñero. En este grupo enmarcado en la familia de los denominados malacostráceos, además, aparecen los subórdenes Pleocyemata y Dendrobranchiata. Los branquiópodos, por su parte, son crustáceos entre pequeños y medianos que se caracterizan por tener apéndices posteriores a la zona cefálica en formato de lámina.
Los crustáceos cefalocáridos, en cambio, se componen por una decena de especies nucleadas en el orden Brachypoda y, en consideración de los especialistas en la materia, presentan similitudes con los crustáceos primitivos. También es posible identificar otro tipo de crustáceo, el maxilópodo, con su abdomen y apéndices reducidos como rasgo distintivo.
Cabe resaltar que hace ya mucho tiempo, asimismo, se podía encontrar en el mundo a los crustáceos Thylacocephala, pero esta clase se ha extinguido.