El concepto de cilindro está muy presente en la Geometría y en la Botánica pero también en las áreas de Mecánica e Imprenta. En cada contexto tiene sus propios significados, por eso resulta interesante hacer un repaso por este tema y refrescar conocimientos para mejorar nuestro vocabulario.

Cuando se hace alusión a la idea de cilindro circular, por ejemplo, se describe a aquella figura cilíndrica con base circular, mientras que un cilindro oblicuo presenta bases oblicuas. Hay, además, cilindros rectos (con bases de orientación perpendicular respecto a las generatrices de la superficie) y cilindros truncados (se determina a partir de un par de planos que no son paralelos).

El cilindro central, en cambio, se localiza en la parte interna de los tallos y raíces de las plantas fanerógamas, así como los cilindros urinarios son estructuras que producen los riñones y que se hacen presentes en la orina como parte de los cuadros generados por ciertas enfermedades. Respecto a este último caso, hay que resaltar la existencia de cilindros acelulares (conjunto donde aparecen los cilindros granulosos, los cilindros pigmentados, los cilindros hialinos, los cilindros cristales y los cilindros cereos) y cilindros celulares (como los cilindros bacterianos, los cilindros de eritrocitos, los cilindros de leucocitos y los cilindros epiteliales).

Asimismo, es posible encontrar otras categorías que comprueban la diversidad de aplicaciones de esta noción. Así ocurre, por ejemplo, frente al cilindro compresor (un rodillo que se utiliza para alisar y prensar la tierra) y a los cilindros de fonógrafo (piezas que funcionaron como soporte para la primera plataforma ideada para grabar y reproducir sonidos).