Algunos los llaman cactos; otros, los mencionan como cactus. En cualquiera de los dos casos, se trata de una planta suculenta perteneciente a la familia de las Cactáceas que suele aprovecharse con fines ornamentales en jardines al aire libre o en ambientes interiores.

Dentro de este conjunto diverso de vegetación se reconocen numerosas especies, algunas de las cuales vamos a describir a continuación a modo informativo.

El cactus erizo o cactus barril, por ejemplo, se destaca por su formato circular, su tonalidad verdosa brillante, su lanosidad amarillenta y sus flores, que aparecen durante la época estival en las plantas adultas.

El cactus decumanus, tuna o chumbera, por su parte, posee flores con formato de corona, da frutos ovalados con cáscara espinosa y de grosor importante. En ciertos países, como Marruecos y México, se suelen aprovechar distintas partes de la planta para preparaciones gastronómicas.

El denominado cactus salvador, asimismo, se caracteriza por ser endémico de naciones como Honduras, Costa Rica, Guatemala y Colombia, entre otras. En este caso, se observan flores de tonalidad rosada y frutos similares, con variaciones cromáticas que llegan hasta al rojo brilloso.

Dentro de las opciones que se encuentran al analizar las variedades de cactus aparece asimismo el llamado cactus de San Pedro, que además de ser ornamental ofrece la posibilidad de aprovecharlo a nivel medicinal, ya sea para beneficio humano como para tratar patologías de diferentes animales.

Otras clases: cactus nobilis, cactus enano de Holguín, cactus fragilis, cactus reductus, cactus patagónico, cactus candelabro, cactus de oro de la serpiente, cactus tetragonus, etc.