Varios son los significados que se reconocen en idioma español para el concepto de aura. En este artículo, repasaremos a grandes rasgos la teoría y focalizaremos en las categorías que dividen al término de acuerdo a la interpretación puntual que se le da en cada ámbito en el cual se lo emplea.
Los parapsicólogos, por ejemplo, describen como aura al halo cromático que muchos aseguran visualizar en torno a ciertos cuerpos. Los médicos, por su parte, definen como aura epiléptica al fenómeno que se desencadena antes de una crisis de patologías como la epilepsia.
De centrarnos en la interpretación médica, habrá que valorar los síntomas de cada paciente para poder establecer si se trata de un aura asmática (cuadro que adelanta una crisis de asma bronquial), un aura histérica (en casos de histeria) o un aura vertiginosa (padecida en un ataque repentino de vértigo). Asimismo, es posible diferenciar entre auras procursivas (relacionadas a la epilepsia), auras motrices (experimentadas por personas epilépticas), auras auditivas (al igual que las anteriores, asociada a la epilepsia), auras cinestésicas (generadas por movimientos que pueden llegar a ser irreales), auras eléctricas (sensación generada por una descarga eléctrica estática), auras intelectuales (también conocidas como reminiscentes) y auras epigástricas (las cuales preceden a la crisis epiléptica).
Lejos de estas aplicaciones aparecen las auras presentadas por la mitología griega, un marco donde se las entiende como descendientes del dios Bóreas y se las define como ninfas de la brisa que llevan alas. Asimismo, se puede reconocer con el nombre de aura selvática a un tipo de ave conocido además como urubú grande de cabeza amarilla y con la denominación de aura gallipavo a un buitre americano de cabeza rojiza.