No todos los días sentimos las mismas ganas de comer ya que hay factores que influyen en nuestro apetito (un cuadro gripal, nerviosismo, depresión, etc). Pero cuando el deseo de consumir algún alimento desaparece por completo por sentir que el peso de uno no es el adecuado y se necesita perder kilogramos en poco tiempo para recuperar el bienestar, el panorama ya es muy grave y exige un tratamiento médico urgente para la anorexia.

Este cuadro, cuando es transitorio, se interpreta como un síntoma dentro de una patología puntual, pero cuando el individuo se autoinduce el vómito e ingiere laxantes para perder peso de manera acelerada y experimenta una distorsión de su apariencia por creerse gordo cuando cada vez está más delgado, sí se abarca como una enfermedad en sí misma.

De repasar las enfermedades que surgen a raíz de los trastornos alimenticios, adquiere relevancia la anorexia nerviosa, donde se rechaza el alimento por la obsesión de verse flacos aún cuando el peso corporal disminuye cada vez más. En este caso, el paciente puede desarrollar una anorexia nerviosa de carácter restrictivo (cuando la estrategia es intensificar el ejercicio físico y cumplir una dieta que permita bajar de peso rápido) o bien una anorexia nerviosa con ingestas compulsivas acompañadas por comportamientos auto-liberadores (por la culpa de comer, se induce el vómito, por ejemplo).

Distinto es el caso de la llamada anorexia sexual, un cuadro que se caracteriza por generar en quien la padece un marcado desinterés por la actividad sexual. En el origen de este cuadro aparecen desde motivos físicos hasta trastornos psicológicos.