Hay libros, series televisivas, historietas y películas que nos llevan a pensar en los vampiros. Hoy, a fin de aclararles eventuales dudas que pudieran llegar a tener al respecto y aportarles información interesante sobre el tema, detallaremos qué se entiende por vampiro y cuáles son las categorías que diversifican al concepto.
Más allá de calificar como vampiro a los seres que, según ciertas creencias, se alimentan de sangre, es importante tener en cuenta que esta palabra también se aprovecha para describir a las personas que abusan de la gentileza de los demás (viven de otros, expresado de otro modo). Asimismo, en América del Sur suele señalarse como vampiros a los murciélagos hematófagos, mientras que para determinadas culturas constituyen deidades demoníacas.
Ante estas interpretaciones, aparecen conjuntos como el de los vampiros de ficción. Aquí podemos agrupar a los personajes del séptimo arte (los vampiros están presentes en filmes como “Nosferatu el vampiro” y “Entrevista con el vampiro”) y a los del ámbito literario (Stephen King escribió “El misterio de Salem’s Lot”; Sheridan Le Fanu, “Carmilla”; Bram Stoker, “Drácula”…). También hay cómics (“American Vampire”) que alimentan la imagen de los vampiros: en el Universo Marvel, además, hay una raza ficticia que se define como vampiro que, de acuerdo a la historia, surgió a partir de un experimento desarrollado por hechiceros de la ciudad de Atlantis.
En relación a los murciélagos, podemos destacar a la especie conocida como vampiro de Azara o vampiro común, a la familia de los vampiros de patas peludas y a los bautizados como vampiros de alas blancas, por mencionar algunos a modo de referencia.