En distintas ocasiones suele apelarse al concepto de tracción, por eso en esta oportunidad repasaremos a grandes rasgos su definición y brindaremos detalles que los ayuden a reconocer cada clase de tracción. Con estos datos, seguramente ustedes puedan ampliar sus conocimientos generales y darle, de este modo, precisión a su vocabulario.

De acuerdo a la teoría, la tracción se hace posible cuando existe una fuerza que produce movimiento en algo. Los expertos en Mecánica, en relación a este término, indican que la tracción se produce cuando un elemento o cuerpo está sometido a un esfuerzo a raíz de un par de fuerzas opuestas que le generan un estiramiento o dilatación.

Quienes se especializan en cuestiones relacionadas a los automóviles, por su parte, conocen este vocablo a partir de las expresiones “tracción delantera” y “tracción trasera”. Ambas hacen referencia a una fuerza motriz, con la diferencia que la primera alude a las ruedas delanteras y la otra, a la fuerza que se aplica sobre las ruedas de atrás. La tracción doble, en este marco, describe la propulsión trasera que se aplica, de forma simultánea, sobre dos ejes, mientras que la tracción total es aquella característica de los vehículos denominados 4×4 por tener tracción en los dos pares de ruedas.

De investigar con mayor profundidad este aspecto de la tracción, encontraremos casos de carruajes con tracción animal (una práctica criticada a nivel mundial por quienes defienden los derechos de los animales), tracciones a vapor y tracciones de carácter eléctrico.

Por último, es importante señalar que la noción también está presente en los campos de Ortopedia y Traumatología, donde da cuenta de un procedimiento que supone la aplicación de tensión sobre un hueso o estructura que debe ser colocado en su posición correcta tras una fractura o desplazamiento.