Atrás quedaron las pantallas en blanco y negro y los televisores primitivos que mostraban imágenes en color pero sin una adecuada resolución. También, poco a poco, van desapareciendo del mercado los televisores pesados y tamaño considerable con tubos de rayos catódicos. Hoy en día quedan algunas unidades antiguas y todavía existe gente que valora, por ejemplo, sus televisores portátiles pero ver televisión se ha transformado en un hábito que se nutre cada vez más de la tecnología para disfrutar una experiencia moderna donde el equipo es un dispositivo cómodo, estético, versátil e inteligente.

En la actualidad, cuando la situación económica lo permite, se adquieren televisores delgados que varían entre plasma, tecnología LED y LCD con resoluciones de pantalla asombrosas. Marcas hay muchas; medidas, diseños y colores, también. Incluso, hay quienes ya disponen en su hogar de un televisor inteligente, con el cual además de ver programas y películas pueden conectarse a la Red y navegar por Internet.

De ser innovador y tener el dinero suficiente como para invertir en un aparato novedoso capaz de reproducir imágenes con un efecto asombroso de realidad, entonces seguramente haya interés por conseguir un televisor 4K, un producto de ultra alta definición de 85 pulgadas que ofrece conectividad Wi-Fi, puertos USB, una cámara integrada y Smart TV 3D, entre otras particularidades. En este marco, adquieren relevancia las TV flexibles, otra opción con resolución 4K que prometen, en un futuro cercano, revolucionar la experiencia de ver televisión con una pantalla plana que puede curvarse en función de las preferencias del usuario.