El concepto de solicitud no nació a partir del uso masivo de Internet, pero sí adquirió una mayor relevancia mundial por Facebook, una red social donde se suelen enviar y/o aceptar “solicitudes de amistad”. Hoy, a fin de ayudarlos a conocer un poco más sobre este término y sus aplicaciones prácticas, vamos a hacer referencia a la definición y a las variantes que admite la idea de solicitud.
En primer lugar, resulta interesante mencionar que esta palabra deriva del vocablo latino sollicitūdo. De acuerdo al diccionario de la Real Academia Española (RAE), se puede interpretar tanto como una instancia, trámite o diligencia formal o bien como un memorial que se presenta en determinados contextos para pedir una cierta cosa.
Son muchas las clases de solicitudes que, a diario, se tramitan, se presentan y se analizan en múltiples circunstancias. Mientras que por Internet y en un plano informal entran en juego las ya mencionadas solicitudes de Facebook, en el ámbito de los negocios suele hablarse de solicitudes de cotización, solicitudes de licitación y solicitudes de información, por mencionar algunas a modo de referencia.
De buscar con mayor profundidad otros ejemplos prácticos que permitan comprender de manera sencilla qué es una solicitud, podremos centrar nuestra atención en las solicitudes de empleo, en las solicitudes de ingreso a una universidad, en las solicitudes de turnos para recibir atención en un centro hospitalario o concertar una cita en una institución y en los sistemas de solicitud de becas, aunque estas son apenas otras muestras de la cantidad de alternativas que ofrece la idea de solicitud.