Los adjetivos conforman un grupo de palabras muy amplio en el cual pueden distinguirse múltiples categorías que varían de acuerdo a las características del término que califica o determina al sustantivo.
Una de esas clasificaciones permite identificar al adjetivo calificativo, una pieza gramatical que, como su nombre lo informa, tiene el propósito de realzar y mencionar alguna condición de la palabra a la cual acompaña. Son, pues, los adjetivos más simples y fáciles de reconocer, aunque entre ellos puede haber orígenes y composiciones diferentes que dan lugar al surgimiento de adjetivos primitivos, derivados, simples y compuestos.
Como componentes de este conjunto se pueden citar numerosos ejemplos pero, por razones de espacio, sólo haremos mención a un breve listado de términos que pueden utilizarse en la práctica y en casi cualquier contexto.
Uno puede hacer uso de los adjetivos calificativos al pronunciar frases como “Es un perro obediente y cariñoso”, “La maleta grande no aparece por ningún lado”, “Sus suaves manos acariciaron el rostro de su amado”, “Los días soleados invitan a realizar paseos al aire libre”, “Ese hombre musculoso tiene fama de violento”, “Aquella esquina oscura fue escenario de un episodio lamentable”, “La inquieta niña rompió un vidrio”, “La adorable anciana conmovió a los vecinos con su emotivo discurso”, “Está tan bien conservado que mi coche antiguo despierta la envidia de muchos hombres”, “Tu mesa redonda combina con esas sillas tapizadas”, “Un texto inédito del célebre autor será publicado en los próximos meses” o “El desesperado pedido de auxilio fue impactante y se pudo oir en toda la cuadra”.