Frente al acto y consecuencia de optimizar, es decir, de mejorar o perfeccionar una cosa o proceso, se habla de optimización.
Hoy en día, este concepto posee un alcance amplio y múltiples interpretaciones ya que forma parte de expresiones e ideas propias de los ámbitos de la Matemática y la Informática, por citar algunas de las disciplinas donde resulta relevante.
Los matemáticos, por citar un caso puntual, hablan de optimización cuando necesitan resolver problemas y determinar los puntos más bajos y los máximos de una determinada función. De acuerdo a cómo se aplique el proceso y las características que tenga, se hablará de optimización combinatoria; optimización multiobjetivo; optimización de topología multifase; optimizaciones clásicas; optimizaciones estocásticas; optimizaciones con información no perfecta y de optimizaciones con restricciones de desigualdad.
Quienes se especializan en cuestiones informáticas, en cambio, hablan con frecuencia de la optimización de consultas (cuando necesitan perfeccionar un sistema de gestión de bases de datos de carácter relacional para agilizar el tiempo de respuesta), de las optimizaciones prematuras (tal como se define a los cambios que un programador hace sobre un software para adelantarse a eventuales temas de tiempo antes de tener terminado el diseño en cuestión), de las optimizaciones SEO (también conocidas como posicionamiento web o como optimización de motores de búsqueda, una estrategia que busca mejorar la ubicación de una página web para que aparezca lo más adelante posible en las páginas de los buscadores) y/o de la optimización de software (tarea basada en la adaptación y perfeccionamiento de un programa preexistente para que el trabajo que realiza pueda concretarse en el menor tiempo posible).