Tipos de vitaminas


La combinación del vocablo latino vita y el concepto de amina (impulsado por C. Funk, un hombre de origen polaco experto en Bioquímica) dio origen a vitamina, una palabra que describe a los componentes orgánicos que el hombre necesita para mantener su organismo equilibrado.

Las vitaminas, diferenciadas entre sí con letras del abecedario, están presentes en numerosos comestibles de origen natural, como las frutas y las verduras. Si la dieta diaria de una persona no cubre las necesidades vitamínicas, el sujeto experimentará un cuadro de avitaminosis, así como excederse en el consumo de vitaminas desencadena un inconveniente conocido como hipervitaminosis.

Cabe resaltar que, según sea el tipo y nivel de disolución de cada vitamina, se las puede agrupar en el conjunto de las hidrosolubles (como algunas clases de vitamina B y la C) o en el de las liposolubles (como lo son la vitamina A, la D, la E y la K).

La ingesta adeacuada de vitamina A, dicen los nutricionistas, beneficia a los dientes, al tejido epitelial y a los huesos, mientras que el consumo de vitamina B9 (también conocida como ácido fólico) es fundamental durante el embarazo ya que contribuye a evitar varias malformaciones de tipo congénito.

Más popular que las anteriores es la vitamina C, presente en los cítricos y en algunas clases de alimentos (como el tomate, la papa y el ají). Este compuesto, según se cuenta, posee propiedades antioxidantes, ayuda a prevenir males degenerativos, contribuye a absorber otros nutrientes y refuerza el sistema inmunitario, entre otras ventajas.